domingo, 21 de febrero de 2010

Salvador Dalí, Cisnes.


Soy un hombre de los que piensan despacio. Tan despacio que todo cuanto su tiempo de origen conserva, se va abriendo a mi camino con una ambigüedad asombrosa. Y fue así como, después de la noche más fría del día, y la más caliente si se lo proponen, salí a aquel valle que todo lo llena pues nada se esconde. Verde como la madera y vivo como el desierto se fue abriendo a mis pies. Andando crecí, y andando sigo, y nunca un paisaje me había consternado tanto. Pues no el paisaje, sino un elemento, vivo y elegante, parecía rebelarse contra el cambio que mi paso causaba. Y allí permanecí, pensando, pensando y negando eso que mi vida había cambiado. Pensando y pensando.

domingo, 19 de abril de 2009

Ana Frank. Día del libro.






19 de noviembre de 1942
Querida Kitty:
(...)
Qué bien estamos aquí, qué bien y qué tranquilos. No necesitamos tomarnos todo tan a pecho toda esta miseria, si no fuera que tememos por lo que les está pasando a todos los que tanto queremos y a quienes ya no podemos ayudar. Me siento mal, porque mientras yo duermo en una cama bien abrigada, mis amigas más queridas quién sabe dónde estarán tiradas.
Me da mucho miedo pensar en todas las personas con quienes me he sentido tan íntimamente ligada y que ahora están en manos de los más crueles verdugos que hayan existido jamás.
Y todo por ser judíos.
Tu Ana.


FICHA BIBLIOGRÁFICA:
Título: Ana Frank- Diario.
Autor: Ana Frank.
Editorial: De bolsillo.
Páginas: 377
Salida a la venta: 1º edición: 1986. 9º edición: noviembre, 2007.
ISBN: 978-84-9759-306-9


Opinión:
El libro de Ana Frank es un libro diferente. Diferente porque es una historia real y su autora es la protagonista. Para mi es bastante importante, porque es como fueron dos años de vida de una chica de mi edad hace no demasiado tiempo, y como marcó que fuera judía en plena segunda guerra mundial.

miércoles, 15 de abril de 2009

Letrilla de Luis de Góngora (poema popular)

Ande yo caliente.



Ande yo caliente,
y ríase la gente.


Traten otros del gobierno
del mundo y sus monarquías,
mientras gobiernan mis días
mantequillas y pan tierno,
y las mañana de invierno
naranjada y aguardiente,


y ríase la gente.


Coma en dorada vajilla
el príncipe mil cuidados
como píldoras dorados,
que yo en mi pobre mesilla
quiero más una morcilla
que en el asador reviente,


y ríase la gente.


Cuando cubra las montañas
de plata y nieve el enero,
tenga yo lleno el brasero
de bellotas y castañas,
y quien las dulces patrañas
del rey que rabió me cuente,


y ríase la gente.


Busque muy en hora buena
el mercader nuevos soles;
yo conchas y caracoles
entre la menuda arena,
escuchando a Filomena
sobre el chopo de la fuente,


y ríase la gente.


Pase a media noche el mar
y arda en amorosa llama
Leandro por ver su dama;
que yo más quiero pasar
de Yepes a Madrigar
la regalada corriente,


y ríase la gente.


Pues Amor es tan cruel,
que de Píramo y su amada
hace tálamo una espada,
do se junten ella y él,
sea mi Tisbe un pastel,
y la espada sea mi diente,


y ríase la gente.


LUIS DE GÓNGORA

Sonetos de Quevedo

Soneto amoroso definiendo el amor



Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde, con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo;
enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, éste es su abismo.
¡Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario a sí mismo!

FRANCISCO DE QUEVEDO





Sulquivagante pretensor de Estolo

Sulquivagante, pretensor de Estolo,
pues que lo expuesto al Noto solificas
y obtusas speluncas comunicas,
despecho de las musas a ti solo,

huye, no carpa, de tu Dafne Apolo
surculos slabros de teretes picas,
porque con tus perversos damnificas
los institutos de su sacro Tolo.

Has acabado aliundo su Parnaso;
adulteras la casta poesía,
ventilas bandos, niños inquietas,

parco, cerúleo, veterano vaso:
piáculos perpetra su porfía,
estuprando neotéricos poetas.


FRANCISCO DE QUEVEDO

martes, 24 de marzo de 2009

viernes, 20 de marzo de 2009

Última entrada.

Me pides que haga una reflexión de lo que ha sido para mi hacer este trabajo, y la verdad, no se como empezar.
Desde que lo propusiste en clase, bueno, me gusto la idea. Algo diferente, por fin, aunque no estaba muy segura de como iba a ser o si me iba a costar. Me acuerdo de la primera entrada... me bloqueé completamente, no sabía por donde empezar. Y vi que a muchos les pasaba como a mí, preguntando millones de preguntas en clase, siempre con dudas. Y llegó el momento de ponerse a escribir. Me costó, pero, una vez que hube empezado, no se, vi que no estaba tan mal. Las palabras encajaban unas con otras, algunas veces dando mejores resultados que otras, por supuesto, pero el hecho de escribir, aunque fuera un texto, era diferente.
Poco a poco, me costaba menos hacer las entradas. A veces se hacía un poco pesado, por la falta de tiempo y la cantidad de este que me llevaron algunas, pero aun así me gustaba. No se, poder hacer algo como esto creo que a todos nos ha podido venir bien. Creo que hemos aprendido a no ser estrechos de mente a la hora de tener que escribir, a no tener que tener un explicación clara de lo que ha que poner y que tengamos que inventar un poco nosotros.
Yo tengo claro que soy de ciencias, y me acuerdo como al principio podría pensar que hacer una poesía sería horrible y muy difícil. Ahora, tampoco es tanto. Hasta te puede llegar a gustar. Y a mi, todo esto, bueno, me ha gustado.

El arte de lo mínimo


Aquel susurro del viento, en una noche tranquila,
el suave roce de una mano a otra,
la gota de sangre por coser un gran vestido,
el pequeño detalle a alguien que se siente solo.
El suspiro colectivo, ya pasada la tensión del momento,
ese brillante punto en el cielo, lejano y desconocido,
un segundo en una vida plena,
un año en la evolución.
El copo de nieve en plena ventisca,
un sollozo en el peor de los sufrimientos,
el grito ahogado de un amor herido,
una barco en el océano, solo, perdido.